CULTURA

La cultura del té en la vida cotidiana japonesa

Lea y conozca más sobre la cultura del té en las interacciones sociales y también como enriquecimiento espiritual.

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Foto com detalhes de mão segurando um copo de chá verde de cerâmica, e outra servindo o chá verde em cima de uma mesa.

En Japón, las actividades triviales, que se pueden realizar fácilmente y a diario, se denominan sahanji (茶飯事 que significa algo tan común como beber té y comer) y la sala de estar en las casas tradicionales japonesas, a su vez, se llama chanoma (茶の間 que significa espacio del té). De esta manera, el ideograma del té (茶) no solo está arraigado en la vida cotidiana de los japoneses, sino que también simboliza una bebida que aporta serenidad al cuerpo y alma y que profundiza los vínculos entre familiares y amigos.

Además, el té no solo ejerce la función de saciar la sed; a través de la ceremonia del té, conocida como sadō (茶道), sus practicantes buscan la autodisciplina y​​ un corazón recto.

1. Los albores del té en Japón.

La cultura del té en Japón comenzó alrededor del siglo IX. La introducción de su cultivo en el archipiélago fue realizada por monjes que estudiaron el budismo en el continente asiático y llevaron esa planta al volver a casa.

En esa época, el té se conocía como dancha (団茶) o dashicha (淹茶). Las hojas eran cocidas al vapor, trituradas en un tipo de mortero para luego enrollarlas en pequeñas esferas a fin de conservarlas.​​​​ Al momento de probarlo, el té era tostado, convertido en polvo moliéndolo en un mortero llamado yagen e introducido en agua caliente. Su consumo se hacía de una manera significativamente diferente a como lo hacemos hoy en día, ya que el sabor del té se ajustaba con sal, amazura (un tipo de edulcorante), jengibre, entre otros ingredientes según con la preferencia de quienes lo consumían.

Método de elaboración del té en el periodo Edo. En “Kōei Kokusanko” de Nagatsune Ōkura Colección digital de la Biblioteca Nacional de la Dieta

Posteriormente, este tipo de consumo acabó entrando en desuso y fue recién en el siglo XII que llegó a Japón la forma en que se consume el matcha hasta el día de hoy. El responsable de introducirlo en el archipiélago fue Eisai (栄西), el fundador de la escuela budista Rinzai. El matcha se llamaba rikicha (碾茶) y, durante su proceso de preparación, las hojas refinadas eran transformadas en polvo usando un mortero para transferirlas a un cuenco chawan y mezcladas en agua caliente con un batidor llamado chasen (茶筅). Eisai conectó la preparación del matcha con la espiritualidad y la práctica del budismo zen y, por ello, la cultura del té se extendió en Japón desde los templos.

 

Foto de um chawan com matcha sendo batido.
Adobe Stock

Además de eso, Eisai preparó y sirvió el matcha al shogun Minamoto en Sanetomo, el tercero de la Era Kamakura, lo que contribuyó a la difusión del té en la clase samurái. En ese momento, un juego llamado tōcha (闘茶) se volvió muy popular: después de probar 4 tipos de té, el que acertaba al menos 1 ganaba el premio.

2. La espiritualidad evolucionó al chanoyu

La ceremonia del té, llamada chanoyu o sadō, es una cultura típicamente japonesa que hace referencia el acto de recibir a los invitados y servirles matcha, así como la práctica que implica dominar la etiqueta de la ceremonia.

Después de su difusión en la clase samurái (en el siglo XIV) se inició un movimiento creciente de identificación de elementos de espiritualidad y arte dentro del acto mismo de preparar el té. Paralelamente, invitar a la gente a disfrutar de la bebida se convirtió en una lujosa oportunidad de socialización. En este contexto, las nociones de estética pasaron a formar parte de los cuencos de té y de los instrumentos utilizados en su preparación, el salón de té comenzó a recibir las nociones estéticas y el método de preparación en sí se volvió más solemne y ritualizado.

Foto de um chashitsu (sala de chá)
Adobe Stock

El responsable de llevar la espiritualidad al té fue Jukou Murata. Para él, una persona que ya domina la técnica no podría burlarse de los principiantes o de aquellos que aún no tenían mucha habilidad, porque la forma ideal de vivir estaba en el acto de preparar el té. Para él, la mente y el corazón de quien lo prepara eran más importantes.

Foto com detalhe na mão pegando a água para poder bater o matcha
Adobe Stock

Así, Jukou negó la cultura del té que estaba restringida a la élite y a sus espacios lujosos y glamurosos para exaltar la belleza presente en la noción de yatsushi, es decir, la belleza verdadera no estaba en el lujo o en la completud, sino en lo que falta y lo que no está completo. La propuesta consistía en practicar esta cultura en espacios simples con utensilios sencillos. Esa idea se llama wabi y, posteriormente bebieron en esa fuente los representantes del wabi-cha, como el famoso maestro Sen no Rikyu. Según explica el investigador y especialista en la ceremonia del té, Sr. Isao Kumakura, a partir del pensamiento de Jukou, la cultura del consumo de té pasó de ser una simple costumbre para elevarse al sadō, el camino del té.

3. La cultura de las casas de té que se extendieron a lo largo de la Era Edo: 1603-1867

Posteriormente, en la Era Sengoku (1467-1603), al mismo tiempo que el pensamiento detrás del chanoyu influía en la visión de mundo de los samuráis, la práctica también comenzó a estar profundamente relacionada con el ámbito político. Y ya en el periodo considerado premoderno, la ceremonia del té fue introducida también en la vida cotidiana del pueblo.

En el periodo Edo (1603-1867), hubo una expansión del cultivo de té, que dejó de ser un producto de lujo para formar parte de la vida cotidiana de la población japonesa. En todo el archipiélago surgieron “maestros” que enseñaron las prácticas de la ceremonia del té y sus seguidores comenzaron a llevarlo a los más diversos espacios.

Foto com detalhe de um bule japonês servindo chá

Así surgieron las cha-ya (茶屋), las casas de té. Por ejemplo, los espectadores de una sesión de teatro kabuki comían antes o después del espectáculo en un shibai cha-ya (chaya del teatro). Así como el sumō cha-ya (chaya del sumō), espacio que proporcionaba un momento de relajación acompañado por un té antes o después de las peleas. También se difundieron las cha-mise (茶店), tiendas especializadas en tés y, de ahí, el número de establecimientos que ofrecían la bebida sin mayores ceremonias aumentó significativamente.

Junto con el surgimiento de las cha-ya y las cha-mise, la cultura del consumo de té pasó a formar parte del entorno doméstico. En contraste con la ceremonia formal del té, la cultura del Sencha (té verde) se volvió cotidiana y las personas comenzaron a prepararlo en casa, utilizando un cuenco kyūsu como sucede hoy. Con la aparición de otros tipos de té, la bebida empezó a consumirse no solo en ocasiones especiales y ceremoniosas, sino también de acuerdo con las festividades y las estaciones del año. Por lo tanto, un momento de relajación y conversación entre amigos y familiares no podía darse sin que fuera acompañado de té.

Foto com detalhes de mão segurando um copo de chá verde de cerâmica, e outra servindo o chá verde em cima de uma mesa.

4. En el estilo de vida actual

Actualmente, en Japón, el té está arraigado en la vida cotidiana. De hecho, en el mundo empresarial y el entorno corporativo, es común servir la bebida para recibir bien a los invitados y clientes.

Hubo un tiempo en que el té dio lugar al café y las bebidas carbonatadas, como las gaseosas. Sin embargo, con el inicio de la comercialización de té verde enlatado, en 1985, su consumo se disparó de nuevo. Hoy, las personas lo compran en botellas PET en tiendas de conveniencia y máquinas expendedoras con mucha facilidad. Se ha vuelto fácil llevar el propio té al trabajo o paseo y la bebida pasó a formar parte de los momentos de descanso de quienes llevan una vida agitada en las ciudades.

Foto de uma pessoa bebendo chá verde na garrafa pet

Además, con el avance de las investigaciones que demostraron que sus componentes, como la teanina y la catequina son beneficiosos para la salud, el té él viene obteniendo protagonismo como bebida saludable. Hoy en día, hay muchas opciones de tipos y sabores desarrollados y ofrecidos al público y, a diario, cada cual puede consumir el té que mejor se adapte a su estilo de vida y a sus preferencias.

El té y la cultura de la bebida japones han atraído seguidores en todo el mundo. Además de ser una bebida o​ costumbre, el té también desempeña un papel en el proceso de enriquecimiento espiritual y en diversas ocasiones de interacción social. Hoy en día, la bebida no es solo una cultura tradicional de Japón, sino que es algo indispensable en la vida cotidiana de la sociedad moderna.

Foto detalhe de um bule japonês servindo chá verde ao lado de um prato com "senbei" biscoito japonês

Referências bibliográficas

Isao Kumakura, Osamu Inoue, “Cultura Tradicional Japonesa 5: Té y Flores” (Editorial Yamakawa, 2020)
* Disponible solo en japonés con el título nihon no dentō bunka 5: cha do hana -日本の伝統文化 5 茶と花

Yoshiko Harada, “Té, flores, aromas y cultura cotidiana” (Editorial Kindai Bungeisha, 1995)
* Disponible solo en japonés con el título cha, hana, kaori to seikatsu bunka - 茶・花・香りと生活文化

Isao Kumakura, “Série The Open University of Japan: Historia de la Ceremonia del Té y del Ikebana – Cultura Cotidiana de los Japoneses” (Editora Sayūsha, 2009)
* Disponible solo en japonés con el título housou daigaku sousho: cha no yu to ikebana no rekishi - 放送大学叢書 茶の湯といけばなの歴史-日本の生活文化

Satoru Ishigaki, “Cultura Alimentaria Japonesa 5: Alcohol, Condimentos y Alimentos en Conserva” (Editorial Yoshikawa Kobunkan, 2019)
* Disponible solo en japonés con el título nihon no shokubunka 5: sake to choumiryōto hozonshoku - 日本の食文化 5 酒と調味料、保存食

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